Por Ricardo Ricart
Comentar que la crisis económica y financiera ha provocado un drástico descenso de las ventas en el sector de las puertas automáticas, de un modo continuado en los últimos siete años, impactando y afectando a la viabilidad y supervivencia de muchas empresas y profesionales del sector, no es ninguna novedad.
Lo nuevo y esperanzador, a pesar de la posibilidad de no estar entre las prioridades de las Administraciones Públicas, sería la respuesta a esta coyuntura negativa con la elaboración por parte del sector de un informe fundamentado con los beneficios y el efecto positivo de un “Plan Renove” de puertas, a medida del sector. Beneficios que repercutirían tanto en el sector de las puertas, como en la “economía en general” y en las “Administraciones”: en la demanda, en la fiscalidad y recaudación, en la actividad productiva y económica, y, en la lucha contra la economía sumergida y la competencia desleal.
Estos beneficios para las empresas y profesionales de las puertas nos deben motivar a impulsar, reivindicar y exigir, PROACTIVA y COLECTIVAMENTE, un “Plan Renove”. Contemplando en sus requisitos las particularidades de cada tipo de puerta y las de los beneficiarios. Un “Plan Renove” ad hoc y específico, con una propuesta fundamentada desde la realidad y coyuntura del sector, aportando los argumentos que respalden la exigencia de un “Plan Renove” para las puertas. Independientemente del Organismo a quién corresponda su aprobación: Administración General del Estado o Autonómica.
Este necesario y deseable “Plan Renove” de puertas debe instrumentalizarse desde las particularidades de los distintos tipos de puertas, propietarios y “costumbres mercantiles” del sector. Definiendo y ajustando los objetivos, las características, la cuantía de ayuda, el procedimiento y las adhesiones de las empresas y profesionales de la instalación de puertas que quieran participar en la campaña del “Plan Renove”. Un “Plan Renove” como resultado de las exigencias y necesidades del sector de las puertas industriales, comerciales y residenciales; como instrumento de reactivación sectorial, prioritario y fundamental para su viabilidad.
En un “Plan Renove transitorio”, con plazos y períodos cortos, lo más probable es que sus efectos positivos e incidencias favorables a la activación del sector sean inapreciables. Consecuentemente, el sector de las puertas debería argumentar las ventajas de plazos más amplios, mínimo anuales.
La dificultad de la aprobación de un “Plan Renove” está relacionada con la disponibilidad de presupuestos y el coste que le supone a la Administración correspondiente.
El “Plan Renove” de puertas debe argumentarse a coste cero para las Administraciones, sin vincularlo con los presupuestos anuales del Gobierno Central, o con los de alguna Comunidad Autónoma. Sin subordinarlos de modo directo con estos presupuestos, cuando destinan una cantidad global máxima para la convocatoria del “Plan Renove”, condicionada a la existencia de crédito adecuado y suficiente en los presupuestos de un ejercicio concreto.
EL coste cero para las Administraciones se justifica en el efecto positivo y multiplicador que la demanda, la actividad productiva y la reducción de la economía sumergida tendrían sobre la fiscalidad y la recaudación de las Administraciones, así como en la creación de empleo.
El “Plan Renove” se justifica por sí mismo, por lo que dinamiza y genera económica y sectorialmente, con una importante repercusión favorable en la fiscalidad y recaudación de las Administraciones. Con la posibilidad de “compensar” las cuantías subvencionables en un “Plan Renove” a través de los impuestos que las personas jurídicas y físicas, beneficiadas con las ayudas, deban hacer frente durante ese ejercicio.
Comparativa de los resultados de las encuestas sobre la aceptación de un Plan Renove de puertas